11 marzo 2015

P. Salinas, Mai ti sei sbagliata 1 e 2




E mai ti sei sbagliata,
solo una volta, una notte
che t’invaghisti di un’ombra
-l’unica che ti è piaciuta-
un’ombra pareva.
E volesti abbracciarla.
Ed ero io.


Pedro Salinas, da La voce a te dovuta, 1933

I versi sopra citati sono tratti da un testo del grande poeta spagnolo che riproduciamo per esteso di seguito nella sua lingua originale:


Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

Pedro Salinas
de “Pedro Salinas, La voz a ti debida”, Madrid, Signo, 1933

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