Mercoledì prossimo, a Marsala, tre esperti di lingua e letteratura spagnola parleranno e leggeranno alcuni versi di Miguel Hernández. E' questo il terzo incontro che l' Associazione Sancho Panza e Otium organizzano sulla poesia spagnola del 900. I primi due sono stati dedicati ad Antonio Machado e a Federico Garcia Lorca e hanno registrato una grande partecipazione della comunità marsalese.
M. Hernández (1910 - 1942) è stato un
grande poeta spagnolo e l'aggettivo "genuino" gli si addice come a
pochi. Era un uomo della terra nel senso più concreto della parola; un pastore
mediterraneo che ha saputo elevare le cose della terra (le zolle, le cipolle,
gli orti, ecc.) a poesia. Era un tragico nel miglior senso della parola: e mai
lezioso.
Nel 1936 scrisse La folgore incessante
(El rayo que no cesa), la cui elaborazione documenta la tormentosa
ricerca di un dettato poetico di grande trasparenza concettuale, con una
tematica radicata nell'esperienza della scoperta dell'amore.
Diventato comunista, partecipò alla guerra civile
arruolandosi nelle fila repubblicane. Nell'aprile 1939 venne arrestato e
condannato a morte. Nella revisione del processo la condanna fu commutata in
trent'anni di carcere, ma nel 1942 morì di tubercolosi polmonare ad Alicante,
nelle galere franchiste. Sono dei suoi ultimi
anni due libri di poesie, Vento del popolo (Viento del pueblo,
1937) e L'uomo in agguato (El hombre acecha, 1939); Teatro in
guerra (Teatro en la guerra, 1937), quattro atti unici; il dramma Il
pastore della morte (El pastor de la muerte, 1938).
Il Canzoniere e romancero di assenze
(Cancionero y romancero de ausencias), raccolta di canzoni e romances,
scritti in carcere tra il 1938 e il 1940 e pubblicati postumi, riflette la triste situazione in cui si trova e la preoccupazione per la
sorte della moglie, espresse in versi di desolata emozione. E' inoltre l'opera
che rappresenta l'approdo più intenso di una
traiettoria poetica svoltasi sotto il segno di una continua ricerca dell'umano
e del sociale nelle sue espressioni più profonde.
Por una senda
Por una senda van los hortelanos,
es la sagrada hora del regreso, con la sangre injuriada por el peso de inviernos, primaveras y veranos.
Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción y van al beso, y van dejando por el aire impreso un olor de herramientas y de manos.
Por otra senda yo, por otra senda
que no conduce al beso aunque es la hora, sino que merodea sin destino.
Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora olvidando que es toro y masculino. |
.
Per un sentiero
Per un sentiero vanno gli ortolani,
è la sacra ora del ritorno, con il sangue ingiuriato dal peso d´inverni, primavere ed estati.
Vengono dagli sforzi sovraumani
e vanno alla canzone e vanno al bacio, e lasciano nell´aria impresso un odore di utensili e di mani.
Per un altro sentiero io, per un altro sentiero
che non conduce al bacio anche se è l´ora, ma gironzola senza destino.
Sotto il suo fronte tragico e tremendo,
un toro sulla riva piange dimenticandosi che è toro e maschile. |
Me sobra el corazón
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente, hoy no tengo amistad hoy sólo tengo ansias de arrancarme de cuajo el corazón y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino, hoy descarga en mi pecho el desaliento plomo desalentado.
No puedo con mi estrella.
Y me busco la muerte por las manos mirando con cariño las navajas, y recuerdo aquel hacha compañera, y pienso en los más altos campanarios para un salto mortal serenamente.
Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta, una carta que llevo allí metida, haría un tintero de mi corazón, una fuente de sílabas, de adioses y regalos, y ahí te quedas, al mundo le diría.
Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena que vale más que toda la alegría.
Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más. ¿No véis mi boca qué desengañada, qué inconformes mis ojos?
Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?
Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo mi corazón, pecera melancólica, penal de ruiseñores moribundos.
Me sobra corazón.
Hoy, descorazonarme, yo, el más corazonado de los hombres, y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día. |
M'avanza il cuore
Oggi sto, non so, non so come,
oggi conosco solo la pena, oggi non ho amicizia, oggi ho soltanto voglia di strapparmi il cuore dalla radice e metterlo sotto una scarpa.
Oggi rinverdisce quella spina secca,
oggi è giorno di pianti nel mio regno, oggi lo scoraggiamento scarica nel mio petto scoraggiato piombo.
Non resisto la mia stella.
E mi cerco la morte nelle mani guardando con affetto i coltelli, e ricordo quell'ascia compagna, e penso ai più alti campanili per un salto mortale, serenamente.
Se non fosse perché... non so perché,
il mio cuore scriverebbe un'ultima lettera, una lettera che conservo là dentro, farei del mio cuore un calamaio, una fontana di sillabe, di addii e doni, e al mondo direi "cavoli tuoi".
Nacqui sotto una cattiva luna.
Porto la pena di una sola pena che vale più di tutta l'allegria.
Un amore m'ha lasciato a braccia arrese
e non posso più tenderli verso niente. Non vedete la mia bocca com'è delusa, come sono contrariati i miei occhi?
Più mi guardo e più mi affliggo:
con quali forbici tagliare questo dolore?
Ieri, domani, oggi
patendo di tutto cuore mio, malinconico acquario, galera di usignoli moribondi.
M'avanza cuore.
Oggi scorarmi, io, il più cuorato degli uomini, e anche il più amaro.
Non so perché, non so perché né come
mi perdono la vita ogni giorno. |
Elegía
(En Orihuela, su pueblo
y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi
herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los
dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. |
Boca che arrastra mi boca
Boca que arrastra mi boca:
boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo. Muerte reducida a besos, a sed de morir despacio, das a la grama sangrante dos tremendos aletazos. El labio de arriba el cielo y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando desde el primer cementerio hasta los últimos astros.
Astro que tiene tu boca
enmudecido y cerrado, hasta que un roce celeste hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos, que no dejarán desiertos ni las calles ni los campos. cuánta boca ya enterrada, sin boca, desenterramos!
Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos que cayeron sobre el vino de los amorosos vasos. Hoy son recuerdos, recuerdos, besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios, y el infinito parece que sobre mí se ha volcado.
He de volver a besarte,
he de volver. Hundo, caigo, mientras descienden los siglos hacia los hondos barrancos como una febril nevada de besos enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro con tu lengua. Tres palabras, tres fuegos has heredado: vida, muerte, amor. Ahí quedan escritos sobre tus labios. |
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